19 febrero, 2012

EL USO DE LOS CUBIERTOS

Le bouillon - Stupar

Por más que parezca una obviedad, los cubiertos se utilizan sólo para comer. Y lo digo bien adrede, vista la efusión con la que mucha gente los convierte en una suerte de prolongación de sus manos, a la hora de dar indicaciones, rascar el mantel, entrechocarlos, esgrimirlos... y un largo etcétera; algo que causa un pésimo efecto. No hay más que ver uno de esos reality show televisivos, en el que aparezca un grupo cualquiera de encerrados comiendo, para ilustrar sobradamente esta observación.
Pero lo correcto es sostener el cuchillo y el tenedor entre los dedos índice y pulgar, permitiendo que los mangos se apoyen en las palmas de las manos, y presionar con el dedo índice sobre la parte superior del propio mango. Así de sencillo. Tan sencillo como que el cuchillo se debe utilizar exclusivamente para cortar, y no para otros manejos que lo conduzcan directamente a la boca. Y cuando el tenedor se emplea para levantar alimentos, y no para trincharlos, se sujeta, al igual que la cuchara, con el mango entre los dedos índice y pulgar, y apoyado sobre el dedo mayor.
Otro uso de los cubiertos es el de servir. Con las ensaladas, por ejemplo, lo aconsejable es tomar la cuchara y el tenedor con una mano, improvisando una pinza. Sin embargo, si este tipo de movimiento ofrece dificultades a quien no esté acostumbrado, perfectamente se puede levantar una porción prudente, formando otra pinza, con el tenedor en la mano izquierda y la cuchara en la derecha.
Por otra parte, cuando se hace una pausa durante la comida, los cubiertos no se deberían apoyar sobre el mantel sino formando ángulo sobre el plato; los tenedores con las puntas hacia abajo y la cuchara con su parte cóncava también hacia abajo. También pueden acomodarse juntos sobre uno de los costados del plato. En todo caso, al terminar de comer se deben dejar uno al lado del otro, en paralelo —el tenedor con las puntas hacia abajo—, encima del plato, con los mangos sobresaliendo unos centímetros del filo de éste. El anfitrión, el camarero o quien recoja entenderá así que hemos terminado.
Finalmente, un apunte sobre las servilletas. Su uso suele ser un dilema para algunos comensales, pero lo habitual es que, al disponer la mesa, las servilletas se presenten dobladas por la mitad, si son pequeñas, o en triángulo. La persona invitada, al sentarse a la mesa, debe desdoblar la servilleta y colocársela sobre los muslos... de los que sólo se suelen levantar para limpiarse la boca antes y después de beber, o después de comer salsa.
 
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