27 noviembre, 2011

HISTORIAS DEL SEÑOR KEUNER - Brecht

Desnudos en el bosque - Léger

El señor K. contemplaba un día una pintura que representaba ciertos objetos bastante caprichosamente.
—A algunos pintores —dijo— les ocurre lo mismo que a muchos filósofos cuando contemplan el mundo. Tanto se preocupan por la forma que se olvidan de la sustancia. En cierta ocasión, un jardinero con el que trabajaba me dio una podadora, con el encargo de que recortase un arbusto de laurel. El arbusto estaba plantado en un macetón y se empleaba en las fiestas como elemento decorativo. Había que darle forma esférica. Comencé por podar las ramas más largas, pero por más que me esforzaba en darle la forma apetecida, no conseguía ni siquiera aproximarme. Una vez me excedía en los cortes por un lado; otra vez, por el lado opuesto. Cuando por fin obtuve una esfera, resultó demasiado pequeña. El jardinero me comentó decepcionado: «Muy bien, la esfera ya la veo; pero, ¿dónde está el laurel?».

 
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