23 noviembre, 2008

QUERIDO MIGUEL

J. Minton - Freud (detalle)

Miguel me llevaba unos años y éramos, además de primos, amigos. Fue tremendamente duro para toda la familia ir viendo que un cáncer implacable terminaba con él, y lo hacía apenas una semana después de que cumpliera 33 años. Ciertamente ha pasado mucho tiempo, pero no tengo esa impresión... sabiendo cómo le recuerdo.
He sacado hoy este poema, de una vieja carpeta. El lejano día de noviembre que lo escribí, me había acercado hasta la casa de Miguel para felicitarle; aquélla fue la última vez que, consumido por la enfermedad, le pude ver. Después vagué roto y consternado bajo la lluvia, por entre esas calles de nuestro pueblo que él nunca más volvería a recorrer.
Dos besos para ti, querido Miguel, y un abrazo inmenso, sin fisuras.

A MIGUEL,
EN EL DÍA DE SU ÚLTIMO CUMPLEAÑOS.

Será que se acerca la noche
nunca más inoportuna,
y se me ha desfallecido la gana
de comentarte las cosas de ahí fuera,
como si tal aliento de mi boca yaciese
a la grupa de un pretexto mutilado
y transido.

Será que el frío se moja de lluvia
sobre mi espalda derrotada
arañando las viejas paredes
de una arquitectura húmeda y gris,
y mis propias manos me delatan
temblorosas y tibias,
cuando, acurrucado en una esquina,
quiero calentar los labios que te besen.

¡Qué podría decirte hoy, querido Miguel,
más allá de esta rota endecha,
si se me corta la garganta todo intento,
si en la sién se me agolpa
tenaz, rotundo,
un silencio lacerante que te reclama sin remedio,
y no tengo voz sino lágrimas
para mimar tus últimos latidos!...

Quizá por eso me he escondido,
cobardemente crispado,
detrás del papel arrugado que te llora,
detrás de una esquina cansada,
detrás del dolor de esta noche,
¡Dios mío, Miguel!... nunca más inoportuna.

Miguel falleció en Llodio, Álava, el 20 de noviembre de 1985

 
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