16 marzo, 2008

CHAGALL

El cumpleaños

Era yo un adolescente cuando, sin darme cuenta, oí por primera vez algo de Chagall. Mediaban los 70, el tiempo en que descubrí a Silvio y, entre sus canciones, Óleo de una mujer con sombrero me cautivaba. Que me tenga cuidado el amor, que le puedo cantar su canción... era una advertencia sencillamente sublime. Sucedió que mi decodificación auditiva, unida a la precariedad de mi rudimentario radiocasete, me llevaba a canturrear algo así como Una mujer con sombrero, como un cuadro del viejo chaval... ¡El viejo chaval! ¡Cuánto tiempo la canté así, sin saber que tras mi chaval se emboscaba uno de los genios de la pintura del siglo XX! No sabría decir en qué momento corregí mi error, si afiné el oído o tal vez leí la letra, y supe que aquella canción hacía referencia a la quimera onírica de un anciano maestro...
Quizá por esto Marc Chagall ha permanecido ligado a Silvio, a las correrías románticas de mi primera juventud y a mi naciente amor por la pintura. Sé que quienes os acercáis a esta página conocéis a este genial pintor, pero también sé que aceptáis de buen grado que, el viejo chaval en quien yo mismo me he convertido, le rinda hoy un sencillo homenaje: 23 años después de que, casi centenario, falleciera en las cercanías de Niza.

El violinista celeste

Marc Chagall nació en 1887, en el gueto judío de la ciudad de Vitebsk (Bielorrusia), y falleció en Francia, en 1985, a la edad de 98 años. Su cuadro El violinista celeste se puede ver en el Museo Municipal de Tossa de Mar (Catalunya), en donde pasó los veranos de 1933 y 1934.

 
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