25 abril, 2007

ANGELDREAMS


Pipe y Gabi

Cuando entré en el universo de los blogs y me decidí a crear el mío, no imaginaba qué tipo de ecos encontraría más allá de la pantalla de mi ordenador. El poeta Paul Élouard escribió en una ocasión: «al fin y al cabo no soy sino la persona que habla; pero, ¿qué habla a quién?». Y un poco ésta era, también, mi pregunta: ¿Habrá alguien al otro lado...? Sencillamente no os conocía y, en realidad, tampoco ahora podría decir algo radicalmente diferente, salvo que de veros y leeros llego a gozar de un conocimiento intuitivo de quienes os acercáis hasta aquí, que para mí tiene un extraordinario valor. Desde entonces, desde que escribí las primeras líneas (hace unos cinco meses) y recibí el primer comentario, lo cierto es que no habéis dejado de asombrarme. Todas las sorpresas han sido más que agradables; la mayor parte de ellas, cargadas de sentimientos, de literatura, de anécdotas, de humor, de solidaridad... siempre con un punto bien cercano y entrañablemente humano, que no admitía duda. Está siendo genial.
Pero la más extraordinaria de aquéllas me llegó ayer, después de que en la entrada sobre la floración de los cerezos comentara de soslayo que, precisamente, era mi cumpleaños. Nunca he sido gran amigo de celebrar mis cosas, aunque me apunto con ganas a los festejos de los demás, desde luego... Y, la verdad, tuve un hermoso y soleado día, del que disfruté sin estridencias, y recibí tantas llamadas y correos que me sentí indeciblemente agasajado. También, anoche encontré en mi alféizar vuestras notas y comentarios y leerlos me dejó muy feliz. Pero lo que nunca hubiera podido imaginar es lo que me hizo la bribona de Angeldreams... Me llegó tan hondo que, cuando lo pienso, encuentro casi más lágrimas a punto de saltar que palabras de gratitud... Uno no está para estos trotes, de verdad. Sólo os digo que me gustaría compartir con quienes sois mi gente de este rincón, una porción de su precioso regalo. Por eso os animo a que entréis en una de sus hermosas páginas, la que comienza diciendo como los viejos los cuentos: Érase una vez...

Gracias por vuestras felicitaciones y gracias, hoy muy en especial, a ti Angeldreams... y a Gaby y a Pipe. Sé que se asoma el sol entre las nubes, cada vez que ellos salen a jugar.
 
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